Archivo de la Categoría ‘metodologías’

15
Ene

Agile Entrepreneur

Escrito el 15 enero 2010 por Mario López de Ávila en emprender, metodologías, plan de negocio

Supongo que nadie se escandalizará si digo que la mayoría de los planes de negocio (BP) elaborados por emprendedores y/o profesionales del entorno sirven de poca o ninguna ayuda a la hora de dirigir el proyecto de creación de una nueva empresa.  Por lo general, un BP se hace, se encuaderna y se guarda en un cajón.  Años después aparece, lo revisas y te echas unas risas.   Sencillamente, la incertidumbre que rodea la puesta en marcha de una empresa, especialmente ‘innovadora’,  es de tal calibre que no hay estimación o predicción que sobreviva intacta más allá de algunos meses [¿semanas? ¿según salga de la impresora?].  No es que las proyecciones a 3 o 5 años sean pura patraña, es que hay problemas con las previsiones a 1 año.

Pero no hablo sólo de las cifras.  He visto una y otra vez como el equipo emprendedor ha tenido que ir adaptando sus estrategias, su modelo de generación de ingresos o, incluso, la propia idea del negocio en el primer año de vida.  Y me refiero a empresas que han ganado premios en prestigiosos certámenes de Entrepreneurship, que han obtenido un NEOTEC o un préstamo participativo de ENISA y/o que están participadas por Capital Riesgo.  Es decir, estoy hablando de start-ups que han hecho sus deberes, han dedicado un tiempo y/o unos recursos preciosos a la elaboración de impecables planes de negocio [que muy pocos leerán, como sabemos].   Entre todos [profesores, consultores, profesionales del mundo del capital riesgo, empleados de entidades financieras, etc] mantenemos vivas una serie de prácticas que, en el mejor de los casos, aportan poco valor a ninguna de las partes interesadas.

¿Cómo debe enfocarse, en mi opinión, la creación de una empresa? Hablo del enfoque más adecuado para la gestión de ese esfuerzo, del proyecto [puesto que eso es lo que es] que dará lugar al nacimiento de una nueva iniciativa empresarial. ¿Qué requisitos debe cumplir? Algo he comentado anteriormente.  Debe ser un enfoque robusto, que permita cometer errores.  Debe ser adaptable, proporcionar planes fácilmente modificables, que se amolden a las circunstancias al tiempo que proporcionen un marco de trabajo adecuado para el equipo de emprendedores.  Debe ser un proceso ligero, que no imponga al generalmente desbordado emprendedor una carga adicional de [inútil] trabajo.  Debe partir de la base de que es imposible conocer el futuro, que el Cambio es inevitable.  Que habrá sorpresas.

En definitiva, debe ser un enfoque ágil.  En otras palabras, creo que todas las start-ups, pero especialmente las más innovadoras, deberían gestionarse en sus primeros meses de vida con SCRUM o alguna otra metodología ágil.  De hecho, eso es lo que recomiendo a los equipos de emprendedores que tutelo.

¿Cómo se lleva esto a la práctica? Los enfoques ágiles se caracterizan por ser iterativos [se desarrollan en ciclos, por lo general de no muy larga duración] e incrementales [cada ciclo proporciona más y más valor al proyecto], además de tremendamente colaborativos. Los emprendedores deben planificar ciclos cortos de ejecución, centrarse en cada ciclo en aquello que les permita obtener ingresos cuanto antes e inspeccionar con frecuencia los resultados que van consiguiendo, para adaptar el plan en función del desarrollo de los acontecimientos [de hecho, los Inversores deberían hacer lo mismo, pero eso lo contaré en otra entrada].

En realidad, hay que hablar de»planes», en plural, porque trabajando con SCRUM u otras metodologías ágiles, se hace necesario planificar con distintos horizontes temporales: de 3 a 6 meses para los grandes hitos o «releases» [Release Planning], de 2 a 4 semanas para las entregas frecuentes que aumentan progresivamente el valor obtenido [Sprint Planning o Iteration Planning] y de una jornada de trabajo para el día a día [Daily Scrum].  Pero estos «planes» no tienen nada que ver con los documentos de hasta 70 u 80 páginas que a menudo se ven obligados a desarrollar los emprendedores.  Bastan un par de documentos muy sencillos para crearlos y mantenerlos.  Básicamente, un par de listados en los que se recogen los entregables requeridos, las tareas necesarias para conseguirlos, así como algo de información para medir el progreso del trabajo. Hablo de unas 5 páginas [y a veces ni eso: una pared y un montón de post-its hacen igual de bien el trabajo].

Estos «planes» se inspeccionan con frecuencia, concretamente, al finalizar cada iteración o cada «release».  Además, el equipo se reúne diariamente para comentar cómo va el trabajo, lo que han conseguido, lo que esperan conseguir, los problemas que se están encontrando en el camino.  Se realiza un seguimiento estrecho de los avances del proyecto.  La comunicación es fluida, de manera que la situación es conocida por todos, en todo momento.

Describir con detalle la aplicación de SCRUM a la gestión emprendedora me llevaría mucho tiempo, son cientos, literalmente, los detalles que tendría que tratar, por ejemplo con relación a la estimación ágil del esfuerzo y/o de los plazos, el seguimiento mediante burn charts y otras técnicas, la creación de un entorno de trabajo comunicante y muchas otras cosas.  Además, escapa por completo el ámbito de contenidos de este blog.  Por otro lado, hay abundante material en la web sobre todo ello.  Para el que no lo conozca, la Scrum Guide elaborada por los ‘inventores’ del método está disponible gratuitamente en Scrum.org [última versión de noviembre 2009].  Incluso hay una traducción al español.

He utilizado este enfoque de trabajo con aproximadamente una decena de grupos de emprendedores, la mayor parte del tiempo sin que ellos fueran siquiera conscientes de estar utilizando un «método ágil».  He visto que funciona, mucho mejor que los sistemas «más ortodoxos» enseñados en nuestras escuelas de negocios o empleados por los técnicos de entidades financieras o Administraciones [la mayoría de los cuales, por cierto, no ha montado nunca una empresa].  Recientemente he empezado otro cometido de consultoría, junto con un buen amigo, en el que estamos aplicando este enfoque en el lanzamiento de una start-up absolutamente innovadora.  Eso es lo que me ha animado a escribir esta entrada.

Desde aquí animo a todos los implicados a reflexionar sobre estas ideas y/o, mejor aún, a ponerlas en práctica.

4
Dic

No tengo lo que hay que tener para emprender [2]

Escrito el 4 diciembre 2009 por Firma invitada en emprendedores, emprender, metodologías

Sobre el autor

David Casas es socio fundador de Camisae.com, una camisería a medida online. Ingeniero aeronáutico de formación, desarrolla su carrera profesional en el campo de la consultoría de dirección en sectores como restauración, moda o servicios medioambientales, compaginándola con su labor como tutor en el departamento de “Creación de Empresas” en el IE Business School.


En mi anterior artículo os introduje en un modelo que denomino el Entpreneurial Rol Path, representado esquemáticamente como sigue:

Entreprenurial rol path

Independientemente de que el nombre elegido para cada situación sea más o menos acertado, se repasan a continuación las principales características de cada una.

Falta de 4 elementos:

Promotor: Si no tiene más que una idea de negocio, le queda todo el camino por recorrer. Puede hacer dos cosas básicamente: actuar de promotor y convencer a la gente cualificada y con recursos para que desarrollen la idea, o bien ir cubriendo etapas por el camino: elaborar un Plan de Negocio (PdN), conseguir fondos, etc…

Falta de 3 elementos:

Ideólogo: Un paso más allá que el «Promotor». Además de una idea tiene un PdN (al menos un borrador trabajado), pero sigue sin contar con tiempo para dedicarse a ello, ni fondos, ni equipo. Tiene mucho camino por delante todavía.

Inversor: Es alguien con fondos, pero sin tiempo para dedicarse al proyecto y sin un PdN. Puede desarrollar su propio plan y formar su equipo, o bien puede dedicarse a buscar proyectos que necesiten inversión.

Pensador: Si sólo tiene tiempo para dedicarse a un hipotético proyecto, pero no tiene nada más, lo mejor que puede hacer es ponerse a pensar y planificar los siguientes pasos: ¿cómo conseguir el equipo?, ¿cuál va a ser mi PdN?, ¿de dónde obtendré financiación? Lo bueno de esta situación es que pensar es gratis…

4 amigos: Es común encontrar a un grupo de personas cualificadas, con una idea de negocio interesante, pero que no se han puesto a trabajar en un PdN ni están dispuestos, a priori, a renunciar a sus actuales puestos de trabajo. Si no dan pasos adelante, se quedarán siendo 4 amigos con una muy buena idea.

Falta de 2 elementos:

5 amigos: Igual que la situación anterior, pero uno o varios han decidido (o las circunstancias les han obligado a decidir) que asumiran la gestión del proyecto «full time».

Consejero:Tiene un buen equipo y un PdN trabajado, pero no dispone de tiempo para dedicar a la gestión. Tiene dos opciones, o deja sus obligaciones actuales y se dedicas «full time» al proyecto, o actúa como consejero y una de las personas del equipo asume la dirección.

Inversor con ideas: Tiene los fondos y un PdN trabajado. Necesita un equipo equilibrado y asumir la gestión o delegarla en alguien de ese equipo.

Richie Rich:Tiene tiempo para gestionar y fondos. Un paso más que el «Pensador», pero falta lo más importante: un PdN sólido y un equipo equilibrado que le complemente en el proyecto.

Falta de 1 elemento:

Fundraiser: Sólo le faltan los fondos, así que será lo primero que tendrá que asegurar antes de poner en marcha el proyecto.

Socio capitalista: Tiene un PdN trabajado, los fondos asegurados y un equipo sólido. Tiene dos opciones, o deja sus ocupaciones actuales o se convierte en socio capitalista y alguien de su equipo asume la dirección.

Headhunter: Sólo le falta una cosa, pero es esencial. Necesita tener un equipo compensado: de nada sirve unir a varias personas con las mismas capacidades. Es necesario definir los componentes necesarios y suficientes del equipo, dimensionarlo correctamente y que cubra todas las áreas «core» del negocio.

MBA Candidate: Dispone de tiempo, fondos y un equipo competente (experimentado en el sector quizás), pero no sabe cómo realizar un PdN. Antes de comenzar pida asesoramiento o adquiera la formación necesaria para llegar a elaborar un PdN sólido.

Independientemente del punto de partida y del camino elegido, el futuro emprendedor ha tenido que enfrentarse a los cuatro problemas básicos (e ineludibles) para poder acometer un proyecto empresarial con “garantías mínimas” de éxito . Al final, superar todas estas trabas es lo que distingue a un verdadero emprendedor de las personas que tienen «ganas de emprender». El quinto elemento, el carácter emprendedor, surge por sí solo. En mi opinión no es algo que se sepa que se tiene a priori, es el resultado de un cúmulo de acciones pequeñas. Se puede tener una intuición, un gusanillo, pero saberse, no se sabe. Así que no puedes contar con ello a priori. Eso sí, si crees que lo tienes sólo puedes salir de dudas de una manera: poniéndote a prueba. ¿Tienes los cinco elementos? ¿Tienes lo que hay que tener?

2
Dic

No tengo lo que hay que tener para emprender [1]

Escrito el 2 diciembre 2009 por Firma invitada en emprendedores, emprender, metodologías

Sobre el autor

David Casas es socio fundador de Camisae.com, una camisería a medida online. Ingeniero aeronáutico de formación, desarrolla su carrera profesional en el campo de la consultoría de dirección en sectores como restauración, moda o servicios medioambientales, compaginándola con su labor como tutor en el departamento de “Creación de Empresas” en el IE Business School.


«Me gustaría emprender, pero es que no puedo dejar mi trabajo». «Si tuviera unos ahorrillos montaría el negocio que siempre he querido». ¿Cuántas veces han oído frases como estas a su alrededor? Incluso saliendo de su propia boca… Y es que hay mucha gente que no tiene lo que hay que tener para emprender.

Creo que estaremos de acuerdo en que lo ideal es tener tiempo, fondos, un buen proyecto y un equipo experimentado. Adicionalmente existe un quinto elemento: el carácter emprendedor. Este, queridos lectores, se lo supongo si están leyendo este blog. Aunque desde ya advierto que es mucho suponer. Pero este no es el tema de este post. De todos modos hablaremos de ello brevemente al final.

Nada garantiza el éxito teniendo los cinco elementos anteriores, así que no se me ocurren razones para garantizarlo si falta además alguno de ellos. Dicho esto, hay gente a la que le falta alguno, incluso todos los elementos anteriores y que quiere emprender (y de hecho emprenden). En este post me dirijo a ellos. A los otros, a los que lo tienen todo, les envío mucho ánimo, que aún así, falta les hará.

Partimos de dos premisas: 1) se tiene una idea de negocio (tan diferente de un Plan de Negocio como una semilla y un árbol) y 2) «carácter emprendedor» (en realidad ganas de emprender, que no es exactamente lo mismo).

Lo primero que debe conocerse es cuáles de los anteriores elementos nos faltan para poder colocarse en un punto del siguiente diagrama. Una vez se ha fijado el punto de partida, ha de elegirse el camino a seguir hasta completar el quinteto ganador. Obsérvese que el carácter emprendedor subyace en todos los casos (premisa número 2):

Entreprenurial rol path

A cada punto del diagrama se le ha asignado un nombre para describir la situación en la que se encuentra nuestro futuro emprendedor y qué rol principal debería adoptar. ¿Se reconoce en alguna? ¿Reconoce a conocidos? Seguro que sí.

El camino puede recorrerse de diferentes formas, y puede hacerse solo, haciendo acopio de nuevas capacidades, o ir uniendo personas al proyecto que complementen sus carencias. En cada etapa quemada, deberá adaptar su rol a la nueva situación.

Llegados a este punto no se encuentra tan perdido. Ahora sabe dónde está, qué pasos le quedan para llegar al final y además puede elegir en qué dirección ir dándolos.

En mi próximo artículo resumiré las características de cada situación.

13
Nov

Cómo sacar partido a tu DAFO

Escrito el 13 noviembre 2009 por Mario López de Ávila en estrategia, metodologías, plan de negocio

Una de las aproximaciones más interesantes que he leído acerca de cómo sacarle partido a un DAFO es obra de Howard Smith, afamado TRIZ practitioner, CTO de CSC European Group.  Howard publicó un artículo en julio de 2006, titulado Beyond SWOT and Towards Change, que es la base de buena parte de lo que os cuento aquí.  Smith es, además, el cerebro detrás del desarrollo de la notación Southbeach que tantos profesionales de TRIZ estamos empleando en tareas de modelado [funcional, TOP].

Llegados a este punto podría limitarme a remitiros a su artículo, pero permitidme que me extienda un poco más.

DAFO TRIZ

Smith arranca su planteamiento definiendo el DAFO desde una perspectiva de TRIZ.  Fijaos que se trata de algo más que cuatro cajas formando una matriz de dos por dos. Cada cuadrante está conectado con otros mediante relaciones de causa-efecto.  Por eso, una forma más apropiada de representar el DAFO podría ser la del esquema que os adjunto, en el que empleo la notación Southbeach para modelar las relaciones entre los distintos elementos que lo componen.

Este diagrama se lee de la siguiente manera.  Las fortalezas contrarrestan nuestras debilidades y, además, nos permiten aprovechar mejor las oportunidades que hemos identificado.  Las debilidades, por otro lado, nos dificultan el aprovechamiento de las oportunidades y, además, nos hacen más vulnerables frente a las amenazas.

Según Smith, lo que hace un DAFO es enunciar un problema.  Los elementos que lo conforman se combinan para generar los desafíos que la organización debe afrontar para conseguir sus objetivos estratégicos [aka Meta, Condiciones Necesarias].  Algunos de esos desafíos aparecerán bajo la forma de una contradicción, conflicto o dilema.  De hecho, la presencia de dos factores en contraposición en un modelo de este tipo es un síntoma inequívoco de la existencia de un conflicto implícito, de modo que a partir del DAFO deberíamos ser capaces, en teoría, de formular el conflicto de fondo al que se enfrenta la organización en la persecución de su Meta [Smith no llega tan lejos en su planteamiento, pero sí, puede hacerse].

Así pues, si partimos de una tabla o matriz DAFO en la que aparecen una serie de factores, lo siguiente que deberíamos hacer es determinar [hacer explícitas] las relaciones causales o de influencia entre ellos: fortalezas que se contraponen a debilidades, oportunidades que se ven en peligro como consecuencia de la aparición de una amenaza, amenazas que se ven potenciadas como consecuencia de la presencia de una debilidad [vulnerabilidad], etc.

El problema con un DAFO al uso, desde  nuestro punto de vista, es que las relaciones entre los diferentes elementos no son evidentes para el lector.  A continuación os muestro un sencillo ejemplo de a qué me refiero, si bien limitado a unos pocos factores.

DAFO TRIZ003

Si continuáis trabajando con todos los elementos de la matriz DAFO, llegaréis a un modelo de la situación parecido a los utilizados en TRIZ o en TOC [ya que se trata en esencia de un árbol lógico de causa – efecto, similar a los empleados en los Procesos de Razonamiento].  Es interesante señalar que, al utilizar la notación Southbeach para construir el modelo, el profesional de TRIZ dispone de una herramienta para generar múltiples ‘vías de ataque’ o enunciados de problema: el ‘Problem Formulator’ de Ideation.

En el sencillo ejemplo que os adjunto, algunos de estos enunciados podrían ser:

  1. Encontrar una manera de eliminar, reducir o prevenir la «Fuerte dependencia de un socio tecnológico» a fin de evitar [o debilitar] la amenaza de la «Adopción internacional del estándar MPA».
  2. Encontrar una manera alternativa de aprovechar la oportunidad «Rápido crecimiento de la demanda en mercados emergentes» que no se vea influida por la amenaza de la «Adopción internacional del estándar MPA».
  3. Encontrar una manera de proteger la oportunidad «Rápido crecimiento de la demanda en mercados emergentes» de la amenaza de la «Adopción internacional del estándar MPA».
  4. Encontrar una manera de eliminar, reducir o prevenir la amenaza de la «Adopción internacional del éstandar MPA» dada la condición existente de «Fuerte dependencia de un socio tecnológico».
  5. Encontrar una manera alternativa de utilizar la fortaleza «Certificación medioambiental del producto».
  6. Considerar el reemplazo de todo el sistema con una alternativa que permita aprovechar la oportunidad de «Rápido crecimiento de la demanda en mercados emergentes».
  7. etc…

Encontraréis un ejemplo detallado de cómo trabajar en la generación de enunciados del problema a partir de un modelo causal como éste en una entrada publicada en mi blog personal, cuya lectura os recomiendo.  Cada uno de esos «enunciados del problema» de la organización puede «atacarse» con alguno de los conceptos, métodos o instrumentos de TRIZ, como puedan ser el concepto de «Idealidad» o la técnica de mapeado de recursos para desarrollarlos como programas o iniciativas estratégicas específicas.  Utilizándolos correctamente podemos avanzar rápidamente en la formulación de la Estrategia.

Para terminar, si tratáis de hacer esto con vuestro DAFO es muy posible que descubráis que no es tan sencillo.  Las dificultades surgen como consecuencia de una o varias de las siguientes causas:

  1. Los factores están mal definidos o, si lo preferís, mal redactados.  Es normal tener que reescribirlos para facilitar el establecimiento de relaciones causa-efecto claras.
  2. Algunos de esos factores sencillamente no existen en la realidad.  No es sólo cuestión de buscar evidencias objetivas de su existencia [que también], sino de estar seguro de que estás hablando de un factor bien diferenciado, no de una combinación de varios.
  3. No habéis hecho bien los deberes.  Dicho de otra manera, no tenéis un conocimiento profundo de esos factores. Por esta razón tenéis problemas para establecer unas relaciones causales válidas y sólidas.  Lo mismo estáis contando con factores que no son relevantes que se os ha escapado alguno que sí lo es. Lo mismo estáis interpretando que algo es causa de otra cosa cuando muy bien pudiera ser al revés.
  4. Alguno de los supuestos de partida son erróneos.  Tratadlos como si fueran hipótesis en un experimento científico.  Buscad evidencias que invaliden esos supuestos.  Si las encontráis, descartadlos sin remordimientos.

Si habéis llegado hasta el final de este artículo, sabed que estoy a vuestra disposición para resolver cualquier duda con relación a este tema.

9
Sep

Minimum Viable Product [MVP]

Escrito el 9 septiembre 2009 por Mario López de Ávila en desarrollo de producto, metodologías

Recientemente tuve la oportunidad de debatir con un reducido [pero selecto] público acerca del concepto ‘Minimum Viable Product’ (MVP), una idea de la que se ha hablado bastante en los últimos meses en gran medida gracias a una entrevista que hicieron a Eric Ries los chicos de Venturehacks.  También los chicos de 37 signals, desarrolladores de servicios como Basecamp, han contribuido a popularizar el concepto [aunque no mencionen explícitamente el termino MVP] con la publicación hace unos años de su libro Getting Real [lectura obligada].

En estos momentos hay suficiente información disponible en el dominio público sobre MVP, desde una mini-guía elaborada por el propio Eric, hasta un buen artículo introductorio en la Wikipedia, como para que no sea necesario extenderse demasiado en esta entrada [pero al final lo haré, me conozco!]. Seguir leyendo…

4
Sep

Diseño de operaciones para start-ups

Escrito el 4 septiembre 2009 por Firma invitada en metodologías

Sobre el autor

Lucas Rodríguez Cervera es emprendedor, co-fundador de metoCube, un software que permite describir una organización y sus operaciones.  Ha sido profesor invitado de la IE Business School en el Master de Dirección de Operaciones.  Por último, es uno de los cofundadores de Iniciador, un encuentro mensual de profesionales del mundo del Entrepreneurship, que es un referente a nivel nacional e internacional.

Este artículo propone una forma de diseñar las operaciones de una start-up para que estén claros sus objetivos y cual es la forma de llegar hasta ellos. No es ni mucho menos el único método que existe ni el más adecuado en todas las situaciones, pero si es un método sencillo con un enfoque práctico para ayudar a un emprendedor a lograr que el trabajo en su empresa esté alineado con objetivos de la misma.

Una start-up es un proyecto empresarial que un emprendedor está poniendo en marcha. Esto quiere decir que para diseñar sus operaciones no se tiene como referencia aquello se hace en la actualidad, ya que todo se está haciendo por primera vez. Es una situación similar a la de un pintor que decide pintar un cuadro y empieza haciendo un boceto.

Diseñar las operaciones de una start-up consiste en definir cuales son sus objetivos y los indicadores a través de los cuales se van a medir, definir cómo se va a estructurar la organización en departamentos, grupos y puestos de trabajo, definir los procesos que se van a llevar a cabo y los proyectos que habrá que acometer, y definir las herramientas que nos van a ayudar en nuestro trabajo. Si el emprendedor ha realizado un plan de negocio, gran parte de esta información debería estar ya madurada como fruto de las reflexiones a las que obliga su elaboración. Es recomendable plasmar toda esta información en un manual de operaciones y ponerlo a disposición de todas las personas que deban o deseen conocerlo, como trabajadores, partners, socios, etc… Puede ser una buena idea crear guías para cada uno de estos perfiles que les indiquen las partes del manual que son especialmente relevantes para ellos. El objetivo último de este manual de operaciones es conseguir que todos ellos comprendan hacia dónde se dirige la empresa y cómo se quiere llegar allí, de forma que todos rememos de forma coordinada en la misma dirección para conseguirlo.

Sin duda la información más importante, y la que tienen que tener presente en todo momento los trabajadores, son los objetivos de la empresa. Para definirlos, elabora un árbol en el que la misión de la organización esté en el nivel más alto, y ve desagregándolo en objetivos cada vez más tangibles y accionables. Para medir la consecución de algunos de estos objetivos define los indicadores necesarios y los valores que deseas que éstos tengan en el futuro.

A continuación define los distintos departamentos, grupos y puestos de trabajo que van a existir en tu empresa. Defínelos como una árbol en el que los departamentos se componen desubdepartamentos y grupos y en estos se ubican los distintos puestos de trabajo.

Lo siguiente es identificar y definir los procesos que se van a llevar a cabo para conseguir esos objetivos. Como punto de partida puedes tomar la cadena de valor dePorter (o cualquier otro marco de clasificación de procesos) e ir desagregando cada proceso en subprocesos hasta llegar a tareas que vaya a llevar a cabo una persona o grupo. Describe las tareas hasta el punto en el queálguien con los conocimientos y habilidades necesarias pueda llevarla a cabo sin tener que preguntar nada. No dudes en utilizar imágenes y vídeos que ayuden a entender cómo llevarlas a cabo. Para cada tarea identifica como mínimoinputs, outputs, puesto de trabajo responsable y herramientas utilizadas. Entre los outputs estarán los productos y servicios que vas a fabricar o proveer. Asegúrate de describir con precisión sus especificaciones y sus principales funcionalidades. Deberás identificar también los proyectos que vayas a acometer, aunque no es necesario que los describas en detalle (eso es mejor hacerlo en alguna herramienta de gestión de proyectos). Juntando los procesos y los proyectos tendrás una imagen completa del trabajo que se va a llevar a cabo en tu empresa.

Por último, identifica las herramientas (informáticas o no) que vayas a utilizar, y escribe o referencia las guías que expliquen cómo llevar a cabo las acciones más frecuentes (por ejemplo, «Crear una factura en el sistema de facturación»). Si mantienes esta información así, y la referencias desde losprocedimientos, es mucho más fácil de gestionar, reutilizar y actualizar.

Como habrás visto, gran parte del trabajo consiste en definir estructuras en forma de árbol. La forma más práctica y flexible de hacerlo es «dibujar» el árbol sobre una superficie en la que vas pegando post-its con el nombre del elemento correspondiente. Una vez tengas claro el árbol puedes documentarlo.

Intenta repetir información lo menos posible. Así te será más fácil mantener la coherencia en el manual cuando introduzcas cambios. Esextremadamente importante que mantengas la consistencia en los nombres de los elementos a lo largo del manual. No puedes llamar a un puesto «Agente de Help Desk» en la descripción del puesto de trabajo y en un procedimiento referirte a él como «Técnico de soporte».

La creación de este manual de operaciones es un proceso iterativo que no termina nunca. Lo más recomendable es comenzar definiendo laestructrura básica del manual de operaciones, algo como su índice o su «esqueleto», sin preocuparse de los detalles. Una vez está más o menos claro esto, se puede ir describiendo cada elemento. También se deberá decidir qué partes se deben definir, hasta qué punto y en qué momento. No tiene demasiado sentido tener definidos hasta el más mínimo detalle los procesos de cobro al principio del ciclo de vida de unastart-up que va a estar dos años desarrollando el producto. Otra buena idea es elaborar el manual de usuario desde el principio siendo consciente de que va a ser algo vivo que va a irevolucionando, al igual que tu start-up.

Una start-up tiene el ambicioso objetivo de cambiar el mundo. El primer paso para conseguirlo es asegurarse de que todos los que toman parte en ella saben qué deben hacer, por qué deben hacerlo y cómo deben hacerlo.

20
Jul

Assumption-based planning [2]

Escrito el 20 julio 2009 por Mario López de Ávila en metodologías

Assumption-based planning no es una metodología especialmente complicada, aunque sí puede resultar muy laboriosa de aplicar.  Además del esfuerzo que supone construir la lista de supuestos de negocio por primera vez, se aconseja volver sobre ella periódicamente, para estar seguros de que no se nos escapa ningún supuesto crítico para el negocio.  Es conveniente, además, incorporar de vez en cuando alguna persona nueva al proceso de revisión. Seguir leyendo…

17
Jul

Assumption-based planning [1]

Escrito el 17 julio 2009 por Mario López de Ávila en metodologías, plan de negocio

En un plan de negocio, un supuesto es «un juicio o evaluación acerca de alguna característica del futuro que soporta algún aspecto del plan», según la definición [libremente adaptada] de James A. Dewar, de la RAND Corporation.  Dewar es uno de los padres intelectuales del Assumption-based planning (ABP), una metodología dirigida a generar planes estratégicos o de negocios más robustos.  En realidad, utilizada como enfoque genérico, podéis aplicarlo a casi todo en la vida.  A diferencia del Discovery-driven Planning, el ABP está pensado para trabajar sobre un plan ya existente.  Es, en cierta forma, una metodología de ‘post-planning’. Seguir leyendo…

1
Jun

Discovery-Driven Planning [1]

Escrito el 1 junio 2009 por Mario López de Ávila en metodologías, plan de negocio

En una entrada anterior os hablaba de algunas de las más populares metodologías robustas de planificación de un negocio, metodologías que, en mi opinión, son poco conocidas [o al menos, poco citadas] en nuestro país, incluso entre aquellos encargados de orientar a los emprendedores en el desarrollo de su plan en instituciones públicas del tipo ‘oficina del emprendedor’.

Esto ocurre a pesar de que sobre algunas de estas metodologías, como Discovery-Driven Planning (DDP), hay abundante información disponible en el dominio público [6150 resultados en Google, los dos libros de los autores, menciones en otros textos, etc].  Sin ir más lejos, hay disponible en español una traducción del artículo originalmente aparecido en el número de julio-agosto de 1995 de la Harvard Business Review (HBR) incluida en un volumen recopilatorio titulado La Gestión de la Incertidumbre publicado por Editorial Deusto nada menos que en 1999 [páginas 121 – 147].  A manera de introducción, os recomendaría la lectura de la entrada correspondiente en la wikipedia.  Luego podríais solicitar a la biblioteca del IE una copia del artículo original publicado en la HBR.

Precisamente porque es un método bien documentado, aviso al lector de que mi tratamiento del tema no será exhaustivo.  Sí quiero advertir que de lo que se trata aquí no es de hacer un plan de negocios para un Venture Capital o para su presentación en una competición de planes del tipo Banespyme-Orange.  Estamos hablando de un plan de negocios para uso del equipo emprendedor.  Algo ligero, robusto, y, sobre todo, práctico. Seguir leyendo…

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