¿Cómo funciona vuestro producto/servicio? Dicho en pocas palabras, lo que ofrecemos a los ayuntamientos es la posibilidad de implementar una smart city a partir de la telegestión de alguna de sus infraestructuras básicas, como el alumbrado o la red de agua. Ahora por ejemplo, lo que los ayuntamientos necesitan es reducir costes, y la sustitución del alumbrado tradicional por luminarias LED es una buena oportunidad para conseguir hasta un 60% de ahorro. En este caso, utilizando nuestro módulo de comunicaciones NBox, además de ofrecer una solución de alumbrado inteligente con sensores de presencia que elevan el ahorro hasta el 80%, generaríamos una red municipal de comunicaciones WiFi/ZigBee que posteriormente se podría utilizar para la telegestión de otras infraestructuras como la red de agua, para dar servicio de video-asistencia a ancianos que viven solos, o para lo que el ayuntamiento considere prioritario. Es decir, NBox, además de poder conectar los sensores/actuadores normalmente utilizados en los proyectos smart city, establece una red troncal que denominamos Red Inteligente de Gestión, y que es la columna vertebral de la smart city. Reducimos costes, eliminamos duplicidades de redes, y creamos una wifi municipal. Montamos la base de una smart city sin necesidad de inversiones millonarias, y el ayuntamiento la puede ir haciendo crecer poco a poco. Y al ser una red abierta, con estándares conocidos como el WiFi y el ZigBee es accesible a cualquier proveedor de soluciones smart city, incluso pequeñas empresas locales que normalmente no tienen posibilidad de participar en los grandes proyectos.
¿Cómo surgió la idea? La idea surge de la experiencia de los socios en proyectos de telegestión de redes de agua y alumbrado y en el ámbito de la arquitectura bioclimática. El mayorproblema que detectamos es que las soluciones de telegestión o de automatización de viviendas son soluciones propietarias incompatibles entre sí. Cada una vale para lo que vale, y no le puedes pedir a un contador inteligente de agua, que además transmita el dato del contador de gas, o electricidad, o la temperatura ambiente y la humedad del suelo para automatizar el riego de un parque. Normalmente habría que crear otra red de comunicaciones para llevar esos datos hasta el Centro de Control. ¿Por qué no usar una única red multifuncional para todo ello? Ahí empezó nuestra historia.
¿Cuál es vuestro modelo de negocio? Nuestro modelo de negocio es doble: por un lado la venta de nuestros módulos NBox y por otro la explotación de la Red Inteligente de Gestión, el pago por uso de la red. Creemos que ambos tienen un potencial enorme. De cara a los gestores de infraestructuras y los ayuntamientos, nuestro módulo NBox ofrece una clara ventaja competitiva frente a las soluciones de telegestión específicas de un único servicio, porque genera la red troncal de comunicaciones apta para otros servicios. El mercado de la Internet de las cosas es enorme, especialmente en el ámbito de las smart cities. El número de farolas, contadores inteligentes y sensores de todo tipo que se prevé instalar en los próximos años es de cientos de millones. En cuanto a la explotación de la red, el pago por uso es el modelo de negocio que se está imponiendo en el mundo de las telecomunicaciones. Nosotros creemos que tenemos una magnífica oportunidad de entrar en él con nuestra propuesta, creando y gestionando nuestras propias redes de ámbito municipal. Por otro lado nuestro mercado objetivo en las primeras fases de la empresa no son las grandes ciudades por las que se pelean todas las compañías, sino las ciudades medianas y pequeñas que desean tener su propia smart city, pero que no tienen el atractivo de las grandes para atraer grandes inversiones. Con nosotros podrán tener lo que desean prácticamente sin coste añadido.
¿Cuál es el estado de la Startup ahora? Nuestra empresa, Natureback Communities es una empresa especializada en proyectos de desarrollo sostenible, en los ámbitos de la arquitectura y el urbanismo, la eficiencia energética y los proyectos smart city. Es la parte de tecnología la que estamos poniendo en marcha ahora desarrollando nuestro propio módulo de comunicaciones, por lo que no somos una startup propiamente dicha, sino más bien una empresa en crecimiento. En la “parte startup” de nuestra empresa nos encontramos en la fase de desarrollo/fabricación de producto. Tenemos prototipos probados para la gestión de alumbrado unida a redes de agua y redes de sensórica ambiental. Tenemos un piloto pequeño de Red Inteligente de Gestión en Campoo (Cantabria) y una casa piloto bioclimática con el mismo módulo NBox utilizado para la automatización de instalaciones domésticas de energía, aireación, calefacción, agua y sensores de los aislantes térmicos de las paredes exteriores. Todo en pequeñito, pero comprobado su funcionamiento. Una de las cosas más importantes que hemos conseguido es asentar alianzas estratégicas con empresas tecnológicas que nos interesan: dos fabricantes nacionales de luminarias LED y MicroLED y equipos de energías renovables, un fabricante nacional de sensores y equipos de medida, un fabricante alemán de microtransmisores ZigBee… y estamos en conversaciones con otros de sectores de la energía. Lo que nos falta es el empujón inversor para el desarrollo/fabricación comercial de nuestro producto.
¿Qué tipo de inversores tiene la empresa actualmente? Hasta ahora hemos financiado todo con fondos propios, y con pequeños proyectos, pero, aunque podríamos seguirlo haciendo así, el proceso se ralentiza demasiado, y creemos que ahora hay una ventana de oportunidad que hay que aprovechar. Por ello estamos tejiendo acuerdos con algunos inversores y fondos de inversión privados, nacionales y extranjeros con una propuesta mixta de inversión en desarrollo de producto y en proyectos, de manera que una parte de la inversión, la que va a proyecto, se amortice más rápidamente.
¿Cuál es el rol del equipo de emprendedores dentro de la Startup? La empresa está formada por 4 socios: Iván García Cardenal, Alberto Montoro, Ignacio Rodríguel Amor y Jorge Fernández de Caleya. Los cuatro socios, Iván, Alberto, Nacho y yo, estamos implicados directamente en la puesta en marcha de esta aventura tecnológica. Alberto e Iván hasta ahora han mantenido más la otra parte de la empresa, pero desde hace unos meses que decidimos darle el impulso definitivo, estamos los cuatro a tiempo más que pleno dedicados a ello. Iván, el fundador de la empresa, como buen arquitecto es el creativo, diseñador, artista, que le da un punto de “arte” a nuestro NBox; Alberto con su amplia experiencia en gestión es el hombre de los números y las finanzas; Nacho, nuestro explorador de oportunidades de negocio, es el encargado de las relaciones con inversores, administraciones públicas, clientes, etc., y yo, que me ocupo de los aspectos técnicos. Un equipo multidisciplinar que es la auténtica joya de nuestro proyecto.
¿Cuál es el mayor aprendizaje recibido de vuestra experiencia como emprendedores? La verdad es que no es la primera aventura emprendedora para ninguno de los cuatro, ya tenemos un cierto callo en ésto. Así en general podríamos decir que que lo más importante es el tesón, la confianza en tu propuesta, la apuesta decidida, pero sin obcecación. Implicación, para hacer todo lo que haga falta, y distancia “terapéutica” para no morir en el intento. A veces hay que saber cambiar de rumbo.
¿Qué es lo que más os motiva/emociona de vuestro proyecto? Lo principal es la idea en sí misma, poder ofrecer una solución innovadora, útil, al alcance no sólo de las grandes ciudades sino también de ciudades pequeñas y medianas y zonas rurales; ofrecer servicios a los ciudadanos que normalmente sólo se ofrecen en proyectos piloto. Una idea que incide directamente en un nuevo modelo de desarrollo urbano sostenible. Por otro lado es muy motivador ver la reacción de las empresas y personas con las que contactamos. De hecho se ha creado un pequeño universo de empresas colaboradoras, entusiastas de poder aportar su granito de arena, abriendo nuevas oportunidades de servicios que se pueden añadir a nuestra Red Inteligente de Gestión, en campos como el turismo, la eficiencia energética en edificios, los servicios sociales, aplicaciones agropecuarias y ambientales, etc. Pero quizá lo más motivador es la calidad del equipo, incluidas las personas que trabajan con nosotros sin ser socios. A veces nos extrañamos de que no surjan conflictos entre nosotros a pesar de la carga de trabajo, el estress casi cotidiano, el enorme esfuerzo que supone poner en marcha el proyecto, las dificultades económicas, etc. Incluso en ocasiones fallidas en las que habíamos puesto nuestra esperanza, nunca ha faltado el buen humor, y el análisis positivo y constructivo, que a veces nos ha llevado a cambiarlo todo de arriba a abajo, adoptar un nuevo enfoque, cambiar el cronograma o el reparto de responsabilidades concretas, sin que nos haya supuesto ningún problema. Podemos decir que hemos encontrado la manera de que cada uno de nosotros aporte lo mejor de sí mismo, no sólo en cuanto a conocimientos profesionales, sino en cuanto a habilidades de equipo. Y eso a pesar de que estamos repartidos entre Madrid y Cantabria.
¿Qué es lo más complicado de vuestra experiencia como emprendedores? Sin duda la impaciencia por conseguir arrancar definitivamente y, cómo no los temas económicos.
En vuestra opinión, ¿qué rasgos de personalidad son los más importantes para ser un emprendedor de éxito? El equilibrio entre tesón y flexibilidad para adoptar los cambios necesarios sin abandonar lo singular del proyecto original, y la capacidad de trabajo en equipo.
Si pudierais volver atrás en el tiempo, ¿qué hubierais hecho diferente? No se me ocurre nada… todo lo que hemos hecho y nos ha ocurrido, incluso los errores cometidos, ha sido valioso para llegar a donde estamos.
¿Qué factor o aprendizaje ha supuesto un mayor impacto o cambio en vuestro plan original? El planteamiento del proyecto desde el punto de vista del receptor, del cliente, de su problemática y sus necesidades y no tanto desde las “infinitas bondades” del producto que vemos como padres de la idea. En ese sentido el programa Pasion>ie nos ha supuesto una buena sacudida, y nos ha hecho comprender el valor que tiene el desarrollo del Plan de Negocio, sobre todo como herramienta de reflexión interna sobre el proyecto, y no sólo como documento comercial de cara a inversores y/o clientes.
¿Qué consejo le darías a potenciales emprendedores? Que no desesperen ni se obcequen, y que busquen un buen programa de apoyo a emprendedores.
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