Sobre el autor
Ignacio de la Vega es Chairman del Global Entrepreneurship Monitor (GEM), Director del Centro Internacional de Gestión Emprendedora y Profesor de la IE Business School.
Vamos a asistir en los próximos dos dÃas a una de las ediciones del Debate del Estado de la Nación más tensos y relevantes de las últimas legislaturas. Son muchas las circunstancias que confluyen para que la expectación y la esperanza de que la cita sirva para algo, compitan en el ánimo colectivo.
El Segundo Gobierno Zapatero de ésta aún joven legislatura llega al Debate con claros signos de agotamiento. Un crisis global sÃ, pero muestra su máxima crudeza en España: los más de cuatro millones de parados que en Tasa de Desempleo más que duplican la media europea; el drama de la falta de financiación que acucia a muchas Pymes solventes; las muy desfavorables perspectivas para nuestra economÃa vaticinadas desde cualquier observatorio; el escaso impacto hasta la fecha de las medidas estrella incluidas en el Plan E y el Plan ICO; la atávica falta de diversificación de nuestro modelo productivo; la escasez de aliados potenciales en el Parlamento profundizada por el chantaje autonómico en la actual negociación de los modelos de financiación y finalmente la esperada ferocidad de la oposición ante la cercanÃa de las Europeas y auguran el peor de los escenarios posibles para Zapatero.
El Presidente, cuya habilidad en las distancias cortas es de todos conocida, va a intentar insuflar al sistema una zapaterina, esto es una de sus tradicionales dosis de optimismo, la mayorÃa de las veces retórico, sin medidas sólidas de soporte ni continuidad en el tiempo. El Superministerio de Elena Salgado debe encontrarse en los dÃas previos al Debate desbordado de actividad, con jornadas maratonianas y continuas consultas a los supersabios fichados a bombo y platillo para ayudarnos a salir de esta situación. Además de estas medidas de urgencia, que vendrán en apoyo de los anteriores Planes de Rescate y que seguirán aumentando el déficit público, de los primeros en Europa, Zapatero se aferrará al carácter social de su Gobierno y acusará al resto de las formaciones, especialmente al PP de ser enemigos de la protección social. Aquà radica exactamente el principal argumento que tiene en su mano Rajoy para poder combatir su desventaja dialéctica frente al Presidente del Gobierno, Rajoy necesita explicar y convencer sobre la mejor fórmula de dotar a un paÃs de un sistema avanzado de protección social: la generación de empleo de calidad y de un tejido económico con potencial de crecimiento más allá de los ciclos económicos, en definitiva la transformación total del modelo de negocio de España S.A.
Si Mariano Rajoy quiere ser en algún momento Presidente de éste gran paÃs, y le quedan muy pocas ocasiones, éste es su momento. El PP debe apostar por el futuro y ofrecer en éste Debate del Estado de la Nación sus medidas claras para comenzar a cimentar una difÃcil recuperación futura. Muchas de estas medidas son escasamente populares, pero créanme, necesarias. Más allá de un claro recetario, Rajoy debe poner a su formación de forma leal e inequÃvoca a disposición de la Cámara para la reedición de un Pacto de Estado, dando una medida de estadista y no de dirigente de una formación polÃtica. Si yo fuera fontanero principal en el PP, mi apuesta inmediata para la elaboración de las medidas urgentes contra la crisis incluirÃa de manera principal las siguientes:
–         Reforma del Mercado laboral como eje de todas las actividades. Un sistema como el actual genera empleo de alta volatilidad, sólo en los ciclos positivos y acaba perjudicando al trabajador de más baja cualificación. Modelo único de Contrato indefinido y con indemnizaciones crecientes en función de la antigüedad.
–         Reforma de la Administración Pública, antigua, ineficiente y redundante.
–         Saneamiento del sistema financiero con una clara apuesta de la capitalización temporal de las entidades en problemas y devolución de la confianza a los mercados.
–         CirugÃa de nuestro sistema de educación, obsoleto, asimétrico y alejado (Bolonia incluida) de las necesidades del mercado.
–         Apuesta por el desarrollo de un nuevo modelo de crecimiento basado en la innovación, la modernización de los sistemas productivos y la urgente diversificación de nuestros modelos productivos.
–         Recuperación de los valores del trabajo, la honradez, la sostenibilidad y la solidaridad social.
–         Fomento de la actividades creadoras de empresas como motor del empleo, la innovación y la generación de riqueza colectiva en nuestra sociedad.
Oportunidad histórica de cambiar la tendencia a partir del Debate del Estado de la Nación. Ojalá sea éste el comienzo de un nuevo contrato social.
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